La elección de tu disfraz para Halloween puede darte un buen susto

31/10/2018
ixchelabogadosweb
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Como cada año, el día 31 de octubre llega a nuestros calendarios lleno de tradición y festividad. Para los más mayores, como un día de fiesta perfecto para reponer energías, y para los más pequeños, como la excusa idónea para ponerse sus disfraces más aterradores y salir a la calle en busca de caramelos y chucherías, siguiendo los pasos de una tradición tan americana que viene de la mano con el Día de todos los Santos.

Y ante los últimos quebraderos de cabeza sobre cúal es la mejor elección para nuestro disfraz, todos piensan en dar con el más realista y terrorífico de todos. Algo que, si no tenemos un poco de cuidado, podría terminar dándonos el susto a nosotros mismos.

Por muy divertido que sea salir a la calle para asustar a nuestros vecinos o a los desconocidos, existen algunos casos y supuestos que el Código Penal contempla como delitos con respecto a la utilización de disfraces u otros complementos, como armas falsas (ya sean pistolas, cuchillos o demás opciones).
Una serie de supuestos de los que ni el hecho de que sea Halloween nos librará de sus responsabilidades en el caso de que crucemos la línea de lo legal.

Dicho esto, las comunes bromas de ataques con armas simuladas o una falsa intención de provocar un incendio, dirigidas a provocar un susto de muerte, pueden incurrir en una infracción del artículo 561 del Código Penal, que regula las simulaciones en lugares públicos de situaciones peligrosas o de gran riesgo y a las que tipifica con una pena de hasta un año de prisión y una posible multa, en caso de que como fruto de la broma se haya requerido la presencia de algún equipo de asistencia o salvamento, como una patrulla de policía o una ambulancia.

Del mismo modo, provocar el caos o infundir miedo en la población, de manera intencionada y por medio del excesivo realismo de nuestros disfraces o sus complementos, puede llegar a constituir un delito de amenazas, el cual se castiga con una multa, en caso de que la amenaza sea leve, y hasta con pena de prisión si esta amenaza es de mayor calado o va dirigida a los habitantes de una población, grupo étnico, cultural o religioso.

Tampoco podemos pasar por alto el hecho de que incorporar réplicas de armas a nuestro disfraz podría llegar a constituir una infracción, de acuerdo al Reglamento de Armas, siempre y cuando estas puedan pasar como reales y, de ese modo, induzcan una confusión razonable que podría implicar la incautación del artículo.
Esto no quiere decir que no podamos completar nuestro disfraz con algún añadido que le dote de mayor realismo, por ejemplo, si vamos de soldado con un arma falsa, pero siempre habrá de asegurarse de que estos complementos no sean demasiado realistas como para causar la confusión o que se señale debidamente que se trata de una réplica inofensiva.

Respecto a la elección del disfraz, hay que tener mucho cuidado con elegir un disfraz que sea una copia exacta de los uniformes que portan las autoridades públicas, que puedan inducir en error ante la población. Y es que es un hecho que en estas fechas los disfraces de policía, bomberos o equipos sanitarios son algunas de las principales opciones. Pero en los casos en que estos disfraces sean idénticos a la realidad, podríamos estar incurriendo en un delito de usurpación de funciones públicas y de intrusismo.

Finalmente, mucho ojo todos los padres que se animen a disfrazar a sus hijos en Halloween. Ya que estos serán los responsables civiles de cualquier daño provocado por sus hijos menores de edad, viéndose en la obligación de indemnizar a las víctimas y subsanar cualquier posible destrozo que hayan provocado en domicilios, propiedades privadas o bienes personales.
Sin embargo, los menores que tengan entre 14 y 18 años en el momento de cometer el delito no quedarán exentos de responsabilidades, ya que a estas edades ya les corresponde responsabilidad penal y deberán ser juzgados a través de la Ley del Menor.

Con todo esto y después de haber citado las principales razones por las que podríamos acabar con un bues susto legal en la noche de Halloween, no os preocupéis por nada. Es totalmente legal disfrazarse de lo que se desee, desde policía hasta monstruo o asesino en serie, siempre y cuando no se haga creer a los demás que realmente lo somos ni se provoquen perjuicios o situaciones de pánico entre la población.

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